Cómo tratar el TDAH en adultos
Por lo general, el tratamiento debe ser multimodal y consiste en una combinación de medicación, terapia, aprendizaje de nuevos hábitos y comportamientos, entrenamiento de habilidades personales y coaching.
La combinación de tratamiento idónea depende de las necesidades y características de cada persona.
En este artículo te explicamos qué opciones de tratamiento hay para el TDAH adulto. Si bien existen muchas opciones de tratamiento, aquí incluimos solo aquellas que cuentan con extensa validación científica y clínica:
1. Psicoeducación
Según el consenso de buenas prácticas clínicas, la psicoeducación es el primer paso en el tratamiento multimodal del TDAH adulto, basado en un consentimiento informado.
La psicoeducación es importante porque:
- Proporciona información completa sobre el TDAH.
- Ofrece un espacio para compartir experiencias con personas en situaciones similares.
- Busca mejorar la calidad de vida y el bienestar general, más que solo reducir los síntomas principales.
- Ayuda a reducir la carga del cuidado familiar y manejar los desafíos cotidianos de forma colaborativa.
- Contribuye a combatir el estigma asociado con el TDAH, incluso entre profesionales del sector educativo y de la salud.
¿Cómo ayuda la psicoeducación?
Una educación precisa sobre el TDAH tiene el poder de fomentar actitudes y comportamientos positivos, así como de mejorar la participación y adherencia al tratamiento.
La psicoeducación destaca por su enfoque en el apoyo y la mejora funcional equipando al paciente con conocimientos para su propia mejora personal, sin la demanda de recursos que implica la terapia psicológica o la consulta individual. Además, un plan de psicoeducación estructurado no solamente ofrece información básica, sino que también proporcionan habilidades para mejorar el funcionamiento diario.
Por último, al aprender más sobre el TDAH, pacientes y familiares pueden unirse en el manejo del trastorno, enfrentando juntos los retos y mejorando su calidad de vida.
2. Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico del TDAH en adultos es el más utilizado y su efectividad está ampliamente demostrada.
Hay varios medicamentos seguros y efectivos para tratar el TDAH. Se clasifican como estimulantes (metilfenidato y anfetamina) o no estimulantes (atomoxetina, guanfacina de liberación prolongada y clonidina de liberación prolongada).
¿Para qué sirve la medicación del TDAH?
Las gafas nos ayudan a enfocar mejor nuestra vista. De manera similar, los medicamentos para el TDAH ayudan a las personas con esta condición a «enfocar» mejor sus pensamientos.
El tratamiento farmacológico mejora la concentración, disminuye la impulsividad y la hiperactividad. Aunque no hace que el TDAH desaparezca, sí reduce significativamente los síntomas y las dificultades asociadas.
¿Cómo funcionan los medicamentos para el TDAH?
Los medicamentos para el TDAH funcionan de diferentes formas dependiendo del tipo. Sin embargo, todos los medicamentos para el TDAH trabajan aumentando los niveles de importantes sustancias químicas (neurotransmisores) en tu cerebro, cuya producción se ve alterada en personas con TDAH.
Estos neurotransmisores incluyen la dopamina y la norepinefrina. Aumentar la cantidad de estos neurotransmisores revierte el «déficit» de estas sustancias que caracteriza a los cerebros TDAH.
La medicación ha demostrado en numerosos estudios que ayuda a mejorar muchos de los síntomas del TDAH, incluyendo:
- Aumento de la capacidad de atención.
- Reducción de la hiperactividad.
- Control del comportamiento impulsivo.
- Gestión de la disfunción ejecutiva.
La importancia de encontrar el medicamento y la dosis adecuada en el TDAH
Es importante destacar que los medicamentos para el TDAH afectan a cada persona de manera diferente. Lo que funciona para alguien puede no ser efectivo para otro. El primer medicamento que pruebes puede no ser el adecuado, ya sea por falta de efectividad o por efectos secundarios molestos. También es posible que necesites una dosis más alta, aún teniendo el medicamento correcto.
Tu proveedor de atención médica puede necesitar probar diferentes medicamentos y dosis hasta encontrar lo que funcione mejor para ti.
Una vez que encuentres el medicamento y la dosis adecuada, la mayoría de las personas experimentan una mejora en sus síntomas del TDAH.
¿Se puede tratar el TDAH sin medicación?
Los síntomas del TDAH (y la forma en la que impactan la vida, el trabajo, las relaciones…) pueden variar entre los pacientes, y es importante considerar tus propios síntomas y circunstancias personales al buscar tratamiento.
El objetivo del tratamiento es mejorar el funcionamiento general y abordar los síntomas principales, como la falta de atención, la baja motivación y la distracción. Algunos pacientes, por ejemplo aquellos con síntomas moderados, es posible que encuentren formas de gestionar los síntomas sin la medicación.
Pero muchas personas pueden requerir (o simplemente preferir) el tratamiento farmacológico. Y no hay nada de lo que avergonzarse: el TDAH es un trastorno que afecta al funcionamiento cerebral, y por lo tanto, tiene sentido querer empezar por «tratar» el cerebro con la medicación.
¿Cuánto dura el tratamiento farmacológico del TDAH?
Los medicamentos para el TDAH se toman según sea necesario. No en todos los casos va a ser necesario tomarlos todos los días de por vida, depende de tus circunstancias y cómo afectan los síntomas a tu vida.
Por ejemplo, algunos estudiantes solo toman el tratamiento durante el año escolar y hacen una pausa durante el verano. Otras personas puede ser que solo necesiten medicación en ciertos momentos de su vida, en los que la regulación de la atención y el uso de las funciones ejecutivas del cerebro tenga mayor peso en su día a día, pero pueden funcionar perfectamente sin ella en otros momentos.
De la misma forma, habrá pacientes que necesiten tomar el tratamiento siempre, por el impacto que tienen los síntomas en su día a día.
Todas estas opciones son válidas, y el enfoque debe ser encontrar el tratamiento y la frecuencia de uso que mejor se adapten a las necesidades individuales.
3. Psicoterapia
Después de la medicación, el apoyo terapéutico es el enfoque más recomendado para el tratamiento del TDAH. De hecho, en muchas situaciones, el tratamiento farmacológico por sí solo resulta insuficiente, por lo que se suele combinar con terapia para obtener mejores resultados.
La terapia para el TDAH ayuda a las personas a desarrollar la estructura, habilidades y hábitos necesarios para manejar sus síntomas de la mejor manera posible. A través de la terapia, se pueden abordar áreas clave como la gestión del tiempo, la organización, la regulación emocional, la autoestima y la mejora de las relaciones interpersonales.
Existen varios tipos de terapia recomendados para el tratamiento del TDAH, entre ellos:
- Terapia cognitivo-conductual
- Terapia dialéctico-conductual
- Terapia familiar y de pareja
- Neurofeedback
Si bien la terapia-cognitivo conductual es la que más evidencia científica tiene de su efectividad, el tipo de terapia más adecuado dependerá de las necesidades individuales de cada persona.
A la hora de buscar un profesional, es importante tener en cuenta que no todos los terapeutas están formados en TDAH y conocen los retos y necesidades de las personas con este trastorno. Y que no todas los tipos de terapia son efectivas para mejorar los síntomas del TDAH. Por eso, en la medida de lo posible, recomendamos encontrar terapeutas especializados, cuya metodología se adapte al tipo apoyo que necesitas.
A continuación te explicamos algunos de los enfoques de psicoterapia más comunes para tratar el TDAH.
Terapia cognitivo-conductual
La TCC (Terapia Cognitivo-Conductual) es un enfoque terapéutico orientado a metas y de corto plazo diseñado para abordar patrones de pensamiento y comportamiento poco saludables en personas con TDAH. A través de sesiones estructuradas y centradas en objetivos, esta forma de terapia busca identificar y modificar creencias negativas y hábitos contraproducentes que pueden contribuir a los desafíos asociados con el TDAH en adultos.
Por un lado, se trabaja para identificar patrones de pensamiento perjudiciales que pueden afectar la autoestima, la procrastinación y la capacidad para abordar tareas desafiantes. Por otro lado, se centra en modificar comportamientos problemáticos, lo cual puede incluir el desarrollo de habilidades específicas como la gestión del tiempo, la organización, la resolución de problemas y la mejora de las habilidades sociales. Con el apoyo del terapeuta, la persona con TDAH puede definir metas alcanzables y diseñar estrategias concretas para superar los desafíos diarios asociados con el TDAH.
Terapia dialéctico-conductual
Terapia dialéctico-conductual para el TDAH
Esta forma de terapia combina elementos de la TCC con técnicas orientadas a mejorar la regulación emocional y las relaciones interpersonales. La terapia dialéctica conductual (TDC) puede ser particularmente beneficiosa para personas con TDAH que también experimentan síntomas de ansiedad, depresión o trastornos del estado de ánimo.
La TDC se enfoca en ayudar a los individuos a aprender estrategias para manejar emociones intensas, reducir el comportamiento impulsivo y mejorar la comunicación efectiva.
Neurofeedback para el TDAH
El neurofeedback es una forma de terapia no invasiva que utiliza la tecnología para medir y entrenar las ondas cerebrales. En un entorno controlado, los individuos con TDAH pueden aprender a controlar sus patrones de ondas cerebrales y mejorar su capacidad de atención y autorregulación.
Aunque aún se están llevando a cabo investigaciones sobre la efectividad del neurofeedback, y no está validado por los principales consensos sobre tratamiento del TDAH, muchos pacientes con TDAH han informado mejoras en su capacidad de concentración y en su funcionamiento cognitivo después de recibir esta terapia.
Terapia familiar y de pareja
El TDAH no solo afecta a la persona que lo padece, sino también a sus familiares y seres queridos. Por esta razón, la terapia familiar o de pareja puede ser una opción útil para mejorar las relaciones interpersonales y abordar los desafíos que surgen en el contexto del TDAH.
En terapia familiar, se trabaja en conjunto con los miembros de la familia para comprender mejor el TDAH y cómo pueden apoyar a su ser querido. Se pueden implementar técnicas y estrategias para mejorar la comunicación, establecer límites claros y prácticos para manejar las tareas del hogar y promover un entorno más estructurado y organizado.
En terapia de pareja, se pueden abordar los desafíos que surgen en la relación debido al TDAH, como la falta de comunicación o las dificultades para cumplir con responsabilidades compartidas. Se pueden aprender herramientas para mejorar la cooperación y el apoyo mutuo en la relación.
4. Coaching TDAH
El coaching o mentoría es una evolución de la terapia cognitivo-conductual para el TDAH.
A través de la colaboración estructurada con un mentor formado en gestión de síntomas del TDAH, el paciente recibirá ayuda para desarrollar habilidades vitales y modificar los resultados negativos que pueda experimentar en su día a día debido al ADHD.
Aunque no hay una metodología estándar y los procesos de coaching pueden variar (como reuniones en persona, llamadas telefónicas o contactos por correo electrónico), muchas personas han encontrado beneficios en esta práctica según estudios preliminares.
El coaching puede ser especialmente útil para aquellos que:
- Tienen dificultades con la organización, la gestión del tiempo y la procrastinación.
- Necesitan brindar apoyo y motivación para superar obstáculos y lograr sus metas.
- Buscan una persona que les supervise para establecer metas realistas y crear un plan de acción para alcanzarlas.
- Requieren herramientas prácticas para mejorar la productividad y la eficiencia en el trabajo o en la escuela.
Además, el coaching puede ser beneficioso para aquellos que luchan con el manejo de emociones intensas y la impulsividad. Un coach puede trabajar con la persona para desarrollar habilidades de regulación emocional y control de impulsos, lo que puede mejorar su capacidad para manejar las situaciones difíciles.
5. Cambios en el estilo de vida
Hacer cambios en el estilo de vida también puede ser una forma efectiva de manejar los síntomas del TDAH.
El ejercicio regular reduce los síntomas del TDAH.
Hacer ejercicio de forma constante es una de las maneras más sencillas y efectivas de reducir los síntomas del TDAH en adultos y mejorar la concentración, la motivación, la memoria y el estado de ánimo.
La actividad física ayuda a gestionar el exceso de energía que a menudo aparece en personas con TDAH, y que puede dar lugar comportamientos impulsivos.
Además, aumenta inmediatamente los niveles de dopamina, norepinefrina y serotonina en el cerebro, neurotransmisores que afectan la concentración y la atención, y se piensa que están directamente involucrados en los mecanismos que causan el TDAH.
La importancia de la higiene del sueño en el TDAH
La calidad deficiente del sueño empeora los síntomas del TDAH, por lo que es esencial tener un horario regular de sueño. Mejorar la calidad de tu sueño puede marcar una gran diferencia en tu atención, concentración y estado de ánimo. Trata de dormir entre 7 y 9 horas por noche y establece una rutina para acostarte y levantarte a la misma hora todos los días.
La alimentación es clave para reducir los síntomas del TDAH
Los alimentos que consumismos influyen en el estado de ánimo, la energía y los niveles de concentración. Por eso, si tenemos TDAH, hay alimentos que conviene limitar o evitar, ya que empeoran los síntomas. Y otros que conviene incluir más en nuestra dieta.
En general, se dice que la dieta recomendada para mejorar los síntomas del TDAH es una alta en proteínas saludables (carnes, pescados, legumbres, huevos, frutos secos…) y carbohidratos complejos (frutas, vegetales, granos integrales, legumbres), y limitando al mínimo el consumo de azúcares refinados, aditivos y productos procesados.
Este tipo de dieta nos ayuda a reducir los picos de glucosa (que afectan marcadamente al estado de ánimo y la concentración), y nos mantienen saciados más tiempo, lo cual hace que nos entren menos ganas de consumir alimentos con azúcar y grasas procesadas.
También se recomienda consumir más alimentos ricos en ácidos grasos Omega 3 (pescados grasos como el salmón o el atún, nueces, semillas de chía, semillas de linto, etc.), ya que algunos estudios lo asocian con pequeñas mejoras de la atención, el foco, la motivación y la memoria de trabajo.
La práctica de técnicas de relajación para tratar el TDAH
Muchos de los síntomas del TDAH se pueden aliviar con técnicas de relajación como la meditación y el yoga. Al practicar estas técnicas de manera consistente, se puede mejorar la atención y concentración, al tiempo que se reducen la impulsividad, y el riesgo de sufrir ansiedad y depresión.
La meditación mindfulness, al enfocar la mente y aumentar la actividad en la corteza prefrontal, mejora la atención y el control de los impulsos a largo plazo. Además de fortalecer la capacidad de resistir las distracciones, la meditación ayuda a comprender y resolver problemas, brindando también un mayor control emocional, algo que suele ser un desafío para los adultos con TDAH.
El yoga y actividades como el tai chi combinan beneficios físicos y psicológicos. Estas prácticas son ideales para aquellos que encuentran difícil meditar directamente, ya que es una forma activa de practicar técnicas de respiración profunda y relajación, promoviendo el equilibrio y la serenidad. Ante las situaciones de estrés, sobrecarga mental y agobio que a menudo se dan con el TDAH, las técnicas de yoga ofrecen una forma de revitalizarse y recuperar el equilibrio mental.
6. Tu plan de tratamiento
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento del TDAH?
El tratamiento del TDAH no tiene una duración específica y puede variar según las necesidades individuales. Para algunas personas, especialmente aquellas con síntomas más moderados, puede ser que solo requieran apoyo a corto plazo, para desarrollar determinadas estrategias y hábitos que les ayuden a manejar los síntomas en el día a día. Para otras personas, el tratamiento puede ser una parte esencial de su vida a largo plazo y requerir apoyo continuo durante años.
Además, la severidad de los síntomas y la necesidad de apoyo puede variar según las circunstancias personales. Algunos tipos de trabajo, entornos y estilos de vida pueden adaptarse mejor a las características del TDAH, lo que permite un funcionamiento normal. Mientras que hay entornos y circunstancias en los que los síntomas del TDAH pueden ser más problemáticos o en los que pueden incluso verse empeorados (ej: trabajos con mucha carga administrativa, o en los que no hay ningún tipo de estructura ni fechas límites).
Del mismo modo, hay momentos en la vida que pueden ser especialmente desafiantes para las personas con TDAH, como un cambio profesional o convertirse en padre/madre. Estos momentos implican cambios significativos en la rutina diaria y las responsabilidades, y los síntomas del TDAH pueden ser más problemáticos. Por lo tanto, puede ser que a veces se requiera apoyo puntual para adaptarse a momentos de vida concretos.
Los padres que padecen este trastorno pueden enfrentar dificultades adicionales para controlar sus emociones e impulsos, lo cual genera frustración y conflicto con sus hijos.
¿Cómo puedo crear un plan de tratamiento?
Para poder aprovechar al máximo cualquier tratamiento, es importante comprender cómo el TDAH te afecta específicamente.
Esto lo conseguirás trabajando con tu médico, psiquiatra y/o psicólogo para identificar tus principales retos.
Un psiquiatra te puede ayudar a establecer si necesitas medicación y creará un plan de tratamiento farmacológico personalizado para ti. Esto posiblemente requiera un tiempo de pruebas y ajustes hasta que encontréis el tratamiento adecuado.
Trabajar con un psicólogo y/o un coach especializado en TDAH adulto puede ser útil. Tanto el psicólogo como el coach ofrecen educación sobre el trastorno y ayuda a desarrollar habilidades prácticas para la gestión del tiempo, la organización, el control emocional y las relaciones sociales. Además, un psicólogo te puede ayudar a cambiar pensamientos negativos, reduciendo la evitación de situaciones, la procrastinación y los síntomas de depresión o ansiedad. La terapia también se beneficia del apoyo de personas cercanas al paciente y proporciona herramientas concretas para mejorar la vida del adulto con TDAH.
Por último (y desde el principio), educarte tú mism@ y aprender sobre la gestión del TDAH en la vida diaria puede ser de gran ayuda. El tipo de herramientas que adquirirás te ayudarán a organizarte mejor, gestionar tu tiempo y tus tareas, alcanzar tus objetivos y crear nuevos hábitos que te permitan controlar los síntomas con menor esfuerzo a largo plazo.
Una vez obtengas claridad al respecto de tu punto de partida, podrás diseñar el tratamiento multimodal mejor adaptado a tus necesidades, evaluar con el paso del tiempo si está funcionando de manera efectiva, e ir mejorándolo poco a poco.
¿Qué pasa si no se trata el TDAH en adultos?
Si el TDAH en adultos no se trata adecuadamente, puede tener un impacto negativo en varios aspectos de la vida, incluyendo las relaciones interpersonales, el desempeño laboral y la salud mental.
Las personas con TDAH no tratado pueden experimentar dificultades para concentrarse y mantenerse organizados, lo que puede llevar a problemas en el trabajo y en la escuela. También pueden tener dificultades para mantener relaciones saludables debido a impulsividad, distracción y desorganización.
Además, el TDAH no tratado también puede aumentar el riesgo de desarrollar otras condiciones de salud mental, como ansiedad y depresión.
Si el TDAH está teniendo un impacto negativo en tu vida, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Última actualización
Enero, 2024