1. ¿Qué es el TDAH?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una de las alteraciones más comunes del neurodesarrollo que suele comenzar en la infancia y extenderse hasta la edad adulta.
La persona con esta condición se define por presentar ciertas dificultades para:
- regular la atención,
- controlar impulsos
- y, en algunos casos, ser hiperactiva.
Este trastorno puede afectar a niños, adolescentes y adultos de todas las edades y géneros.
En adultos, el TDAH puede volverse evidente en momentos de cambio o cuando se incrementan las responsabilidades: maternidad/paternidad, cambios laborales o incorporación al mercado de trabajo.
Sigue leyendo para descubrir los aspectos clave del TDAH en adultos, desde sus causas y características principales hasta el impacto en el día a día de quienes lo viven.

2. Causas del TDAH
Hay causas genéticas y ambientales que contribuyen al desarrollo del TDAH. Sin embargo, en raras ocasiones el TDAH es causado por un solo factor genético o ambiental.
Por el contrario, este trastorno surge de la combinación de diversos factores, tanto ambientales como genéticos. De forma separada, cada uno de ellos tiene un efecto muy pequeño (artículo).
Causas genéticas
Se consideran que hay un 76% de probabilidad de que los hijos de una persona con este trastorno también lo desarrollen. Incluso esto mismo podría ocurrir si fuera un pariente cercano quien presentara el trastorno en lugar de uno de los padres.
Causas ambientales
Existen factores ambientales que pueden incrementar el riesgo de padecer TDAH. Entre ellos se incluyen los siguientes:
- Consumo de alcohol, drogas o tabaco durante el embarazo;
- La exposición a sustancias tóxicas del ambiente, como el plomo presente en las pinturas o en las tuberías de edificios muy antiguos;
- Nacimiento prematuro;
- Bajo peso al nacer
3. Síntomas del TDAH
El DSM-5 (Manual Estadístico y de Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría, quinta edición) es hoy día el modelo de referencia más utilizado por los profesionales de la salud para detectar el TDAH.
Este modelo busca tres grupos de síntomas: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. En personas adultas, a estos síntomas se les suman otros relacionados con la falta de regulación emocional y la divagación mental.
Advertimos sin embargo que estas características que venimos mencionando no son una regla general. Por este motivo siempre es necesario realizar un diagnóstico profesional y considerar cada caso individualmente.
Rasgos considerados característicos del TDAH adulto:
- Inatención: dificultad para empezar y terminar tareas, olvidos, problemas de puntualidad, hiperfoco en tareas muy estimulantes, dificultad para organizar y planificar; perder objetos cotidianos, como teléfono, llaves, etc;
- Hiperactividad: dificultad para relajarse, hablar demasiado y muy alto, caminar de un lado hacia el otro, incapacidad para estar quieto o sentado mucho tiempo, sueño inquieto;
- Impulsividad: actuar sin pensar, tener poca paciencia, abandonar trabajos (en el caso de los adultos) o no hacer los deberes (en el caso de los niños), gastar demasiado dinero, asumir conductas riesgosas;
- Desregulación emocional:: cambios frecuentes en el estado de ánimo, baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, sensibilidad al rechazo, estallidos de ira;
- Divagación mental: tener muchos pensamientos a la vez, inquietud mental, pensamientos espontáneos no relacionados entre sí, saltar de un tema a otro.
4. "Tipos" de TDAH
El DSM-V reconoce tres presentaciones del TDAH: con hiperactividad-impulsividad, con falta de atención y combinado (artículo).
¡Ojo! No hablamos de “tipos de TDAH”, sino de “presentaciones”. En la última revisión del DSM se pasaron a llamar presentaciones en lugar de tipos para expresar que la manera en que se manifiesta el TDAH puede variar a lo largo de la vida.
Diferentes síntomas se asocian con cada clasificación. Para ser considerados síntomas del TDAH, los rasgos que listamos deben cumplir con estas características:
- En la edad adulta, tienen que estar presentes como mínimo durante un periodo de seis meses;
- En la infancia, tienen que ocurrir entre los cinco y los doce años;
- A su vez, para que un síntoma sea atribuido al TDAH tendría que ser persistente, no episódico.
TDAH predominantemente inatento
La persona que padece este tipo de TDAH puede presentar los siguientes síntomas:
- No puede mantener la atención durante mucho tiempo en una tarea,
- Se distrae fácilmente en pensamientos propios,
- Tiene dificultad para permanecer concentrada en una conferencia y/o conversación,
- Le resulta difícil acabar de ver una película o de leer un libro,
- Se aburre rápidamente de las cosas,
- Hace preguntas sobre temas que ya se han hablado o comentado,
- A menudo cambia el tema de una conversación,
- Hace varias cosas a la vez sin terminar ninguna,
- Le cuesta trabajo acabar las tareas de tipo administrativo,
- Le cuesta seguir instrucciones de un manual,
- Se olvida de pagar facturas o devolver llamadas,
- A menudo vuelve a casa para recoger las cosas olvidadas.
TDAH predominantemente hiperactivo-impulsivo
La persona que padece este tipo de TDAH puede presentar los siguientes síntomas:
- No puede estar quieta,
- Juega con el bolígrafo o con algún objeto,
- Se muerde las uñas o se toca el pelo constantemente,
- A menudo abandona su lugar en la oficina o en el trabajo,
- Se siente intranquila o agitada interiormente,
- Le cuesta mucho relajarse,
- Habla durante actividades que exigen silencio,
- En compañía de otros, quiere llevar la voz cantante,
- Es ruidosa en otro tipo de situaciones,
- No puede hablar en voz baja,
- Le conocen por ser muy habladora o charlatana,
- Necesita muchas palabras para explicar alguna cosa.
TDAH Combinado
En este tipo de TDAH, se manifiestan síntomas tanto de hiperactividad-impulsividad como de inatención. Esto puede incluir una combinación de los síntomas mencionados anteriormente, lo que suele dificultar aun más su diagnóstico y tratamiento.
5. Diagnóstico del TDAH
El DSM-5 es el manual estándar de diagnóstico utilizado por los proveedores de atención médica para detectar el TDAH. Los criterios para la evaluación en adolescentes y adultos fueron ajustados en este manual durante el año 2013 (artículo).
Dicho cambio respondió a una evidencia: el TDAH no termina en la niñez, sino que afecta a las personas a lo largo de toda su vida.
En líneas generales, y dejando de lado cada caso en particular, el TDAH se diagnostica si:
- Se percibe una alteración del neurodesarrollo en forma de síntomas de hiperactividad-impulsividad y/o falta de atención durante al menos 6 meses;
- Estos síntomas se manifiestan en diferentes áreas (por ejemplo, el hogar y la escuela);
- Algunos síntomas comenzaron en la niñez;
- No pueden incluirse dentro de ningún otro trastorno;
- En niños de hasta 16 años, se considera TDAH a partir de 6 o más síntomas de falta de atención o de hiperactividad-impulsividad;
- En adolescentes de 17 años o más y adultos, alcanza con 5 síntomas.
Diagnóstico del TDAH en adultos
Son muchas las personas que descubren que tienen TDAH en la edad adulta. Algunas toman conciencia de esto cuando conocen más sobre este trastorno. Por ejemplo cuando un hijo o un pariente cercano recibe este diagnóstico.
Para determinar si una persona tiene TDAH, un especialista realizará una evaluación que incluya todas o algunas de las siguientes acciones:
- Preguntarle acerca de los síntomas, incluyendo cuánto tiempo los ha estado experimentando y qué tipo de problemas le han causado en su vida;
- Solicitarle una serie de pruebas de TDAH que comprueben su capacidad para prestar atención;
- Hablar con el entorno familiar;
- Realizarle un examen médico para descartar otras afecciones o enfermedades físicas.
Cuándo es aconsejable que un adulto se haga una prueba de TDAH
El tener inconvenientes importantes con todas o algunas de las siguientes categorías habilita a hacer una prueba de TDAH:
- Empleo o carrera: Cambiar o abandonar trabajos con frecuencia;
- Tareas del día a día: Dificultad para hacer las tareas del hogar, pagar las facturas antes del vencimiento, organizarse;
- Relaciones: Problemas para prestar atención a lo que nos dicen, olvidar asuntos importantes, enfadarse por cuestiones menores;
- Emociones: Estresarse constantemente por no poder cumplir con estas
responsabilidades
¿Por qué es importante utilizar un estándar de diagnóstico?
El contar con un estándar de diagnóstico uniforme (listados de síntomas acordados por consenso, instrumentos de evaluación, procesos de entrevista…) hace más simple la identificación de personas que padecen este trastorno por distintos profesionales, así como el avance científico en el estudio de esta condición.
6. Tratamiento del TDAH
El tratamiento del paciente con TDAH incluye también a su entorno: pareja, familia y relaciones cercanas.
Tratamientos efectivos
Para que el tratamiento sea efectivo, debe seguir un enfoque multimodal que incluya los siguientes puntos:
- Psicoeducación: Los pacientes que participan en un programa estructurado de psicoeducación aumentan su comprensión sobre el TDAH, lo que se traduce en una mejora en la calidad de sus relaciones y su bienestar psicológico.
- Farmacoterapia: Los fármacos son efectivos para reducir los síntomas del TDAH y sus consecuencias, como lesiones por accidentes, abuso de sustancias, bajo rendimiento académico, depresión y riesgo de embarazo en la adolescencia. En adultos, los estimulantes suelen ser más efectivos que los no estimulantes.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Es muy beneficiosa para reducir síntomas como la desregulación de las emociones, la ansiedad, la depresión y el deterioro funcional en distintas áreas de la vida diaria. Vale la pena aclarar que esta efectividad solo se ha demostrado en combinación con el tratamiento farmacológico, no por sí sola. Este tratamiento está en condiciones de ofrecerlo un psicólogo formado en TCC y especializado en TDAH.
- Coaching: Su objetivo es ser un apoyo para cambiar los resultados negativos de los pacientes con TDAH y desarrollar habilidades para la vida diaria. Sin embargo, no existe una metodología estándar. El proceso de coaching puede variar entre el contacto cara a cara, llamadas telefónicas y/o contacto por correo electrónico.
Tratamiento del TDAH en adultos
El TDAH puede tratarse eficazmente en adultos. Cada vez más estudios en adultos demuestran una respuesta clínica similar a la observada en niños (artículo).
Sin embargo, los adultos enfrentan problemas diferentes a los niños debido a las demandas y responsabilidades de la vida adulta. Por lo tanto, requieren tratamientos psicosociales y psicológicos adaptados a su nivel de desarrollo.
Los tratamientos psicológicos, como la TCC o asesoramiento de apoyo para organizar las actividades cotidianas pueden ser una alternativa para los adultos que aun con medicación evidencian deterioro funcional (artículo).
7. Otros trastornos que pueden convivir con el TDAH
Existen otros problemas de salud mental, como la depresión o la ansiedad, que a veces coexisten con este trastorno y pueden tener síntomas similares (artículo).
Esta combinación presenta más desafíos y tareas por afrontar. Por ejemplo, ciertos estimulantes que suelen administrarse y ser efectivos pueden generar efectos adversos bastante riesgosos en estos casos.
Veamos cuáles son los otros trastornos que pueden convivir junto a los síntomas del TDAH tanto en niños como en adultos. Aclaramos que en algunos casos coexisten pero en otros son su consecuencia.
- Problemas de conducta y de comportamiento: A veces, especialmente los niños pueden mostrar enojo o tener actitudes desafiantes con los adultos y llegar a ser agresivos cuando están molestos.
- Trastorno del aprendizaje: Un individuo tiene un trastorno de aprendizaje cuando presenta dificultades en una o más áreas de aprendizaje, y esto no implica que esté afectada de alguna manera su inteligencia. La dislexia, por ejemplo, es un trastorno de aprendizaje que se relaciona con la dificultad para leer.
- Ansiedad: Aunque sentir miedo o preocupación es normal a lo largo de la vida, cuando estas sensaciones son recurrentes terminan perjudicando todo lo que hacemos, desde el trabajo o la escuela hasta las tareas domésticas más cotidianas, como preparar la cena o hacer un trámite. Es allí cuando se habla de trastorno de ansiedad.
- Depresión: Una persona con TDAH tiene más riesgo de padecer depresión. A su vez, la depresión puede generarse por no poder controlar los síntomas del TDAH, de modo que en este caso sería una consecuencia de este problema.
- Riesgo de lesiones: Los niños y adolescentes con TDAH tienen más probabilidades de sufrir lesiones que sus compañeros sin TDAH. Esto se debe a su falta de atención e impulsividad, lo cual aumenta su riesgo de ponerse en peligro. Además, los conductores con TDAH también enfrentan dificultades al manejar, como ignorar las reglas de tránsito o tener accidentes.
- Consumo de alcohol: Los expertos consideran que las personas con TDAH tienen más riesgo de beber alcohol en exceso durante su edad adulta (estudio).
8. Consecuencias de no tratar el TDAH
Si no es tratado, el TDAH puede tener un fuerte impacto negativo en la vida de quien lo padece (artículo), (artículo), (artículo). Las que siguen son algunas de las consecuencias de no recibir tratamiento que aún no hemos mencionado.
Inestabilidad laboral y dificultades económicas
Las personas sin tratamiento para el TDAH pueden tener dificultades para concentrarse (por ejemplo, no poder terminar tareas), comportamientos impulsivos (como enfrentamientos con superiores) y mala gestión del tiempo (por ejemplo, llegar tarde). Estas conductas pueden afectar negativamente el rendimiento laboral.
Varios estudios han encontrado una mayor probabilidad en adultos con TDAH de:
- Abandonar los estudios en secundaria y la universidad.
- Estar desempleados.
- Ser despedidos.
- Cambiar de empleo con frecuencia.
- Recibir salarios más bajos.
- Tener menor productividad en el puesto de trabajo.
- No poseer propiedades inmobiliarias.
- No contar con ahorros.
- Depender de la familia o del Estado.
- Gastar demasiado dinero.
- Desarrollar adicción a los juegos de azar.
Interacciones negativas entre padres e hijos
Los padres que padecen este trastorno pueden enfrentar dificultades adicionales para controlar sus emociones e impulsos, lo cual genera frustración y conflicto con sus hijos.
Aumento de la tasa de mortalidad
Un estudio realizado en 2015 (estudio) encontró conexiones entre el TDAH y una tasa de mortalidad significativamente más alta.
La impulsividad y la falta de atención características de este trastorno pueden aumentar el riesgo de accidentes y generar un deterioro generalizado.
9. El estigma que rodea al TDAH
Una gran estigmatización y mitos siguen rodeando al TDAH, a pesar de la evidencia científica que respalda que se trata de una condición médica y que es altamente tratable.
Muchas personas aún no lo consideran una condición médica legítima y lo ven como una excusa para la negligencia o la pereza.
Por otro lado, la negatividad generalizada hacia el uso de medicamentos psiquiátricos ha contribuido al estigma, especialmente dado el aumento en la toma del diagnóstico y tratamiento del TDAH en los últimos años.
Esta estigmatización está muy presente en los medios. Un estudio reciente examinó la forma en que se informa en los medios sobre el TDAH y el autismo y reveló datos significativos. Como por ejemplo, que el TDAH tiene una cobertura dos veces más negativa que el autismo (artículo).
Por lo tanto, los pacientes que padecen TDAH corren un alto riesgo de enfrentarse al estigma, los prejuicios y la discriminación social.
El estigma del TDAH puede tener consecuencias perjudiciales, incluyendo problemas en las relaciones y discriminación laboral.
La auto-estigmatización
Sin embargo, el daño más significativo a menudo proviene de la auto-estigmatización, donde las personas con TDAH internalizan estereotipos negativos. Esta auto-estigmatización puede llevar a la pérdida de motivación para mejorar su situación y la renuncia a intentar tener éxito.
La negación también es una reacción común, ya que algunas personas con TDAH rechazan identificarse con los estereotipos y creencias negativas asociados al TDAH, y esto les frena a la hora de aceptar el diagnóstico y decidir tratar los síntomas.
10. Desmontando los mitos sobre el TDAH
En las últimas décadas ha circulado mucha información acerca del TDAH. De todo lo dicho, hay afirmaciones que se han aceptado como válidas pero que la investigación ha ido desmintiendo. Sin embargo, mucho sigue circulando en la sociedad y es tomado por la mayoría como información cierta. Aquí te mostramos algunos de estos conceptos equívocos.
Mito número 1: El TDAH es un trastorno de la infancia
Los estudios más recientes indican que el TDAH es una condición que generalmente persiste hasta la edad adulta. Más que como un trastorno de desarrollo neurológico se puede considerar una condición compleja que, si no se trata, afecta la calidad de vida de quien lo padece.
Mito número 2: El TDAH está sobrediagnosticado
Como el diagnóstico de TDAH ha aumentado significativamente en los últimos años, muchos se preguntan si no estará siendo sobrediagnosticado. Sin embargo, lo que ocurre aquí es que ha crecido la conciencia acerca de este trastorno al mismo nivel que ha bajado su estigmatización.
Y esto ha ocurrido tanto en el área de los profesionales de la salud como dentro de cada familia y en la comunidad en general.
Mito número 3: El TDAH es consecuencia de una mala crianza
Los estudios de investigación indican que los factores genéticos y neurológicos son las principales causas del TDAH, en lugar de factores sociales como la crianza inadecuada.
Sin embargo, si bien las prácticas parentales no causan el TDAH, sí pueden empeorar los síntomas de quien padece TDAH.
Mito número 4: Las niñas tienen tasas más bajas y TDAH menos grave que los niños
El TDAH en niñas y mujeres ha sido reconocido solo en las últimas décadas. Cada vez más estudios de investigación informan sobre las notables dificultades que experimentan, a menudo en la misma medida que los niños.
En la niñez suele ser menos diagnosticado el TDAH en mujeres que en varones porque las niñas evidencian la enfermedad de un modo menos disruptivo socialmente que los niños.
Sin embargo, estudios hechos sobre esta afección en la edad adulta han demostrado que la prevalencia es muy similar en ambos géneros.
Última actualización
Enero, 2024